Se tienen muchas ideas preconcebidas acerca de la Iridología, y debe haber tantos incrédulos como los ha habido en todos los descubrimientos antes que fueran comprobados a satisfacción general. Primero expondremos las teorías y luego estableceremos hechos factibles de comprobación. Antes de que William Harvey (1578-1657) descubriera la circulación de la sangre, tuvo que trabajar con teorías y con ideas, y hubo que poner en practica en el mismo sus observaciones y experimentos para poder ver a la naturaleza en acción.
En el estudio del iris he efectuado mis propias observaciones, empezando desde cero, haciendo tabla rasa de todas las influencias de investigadores anteriores. Lo que pruebo en este trabajo esta basado en el examen de aproximadamente 300,000 ojos. Me doy cuenta de que esta obra se encuentra en la infancia y que lo que aquí he presentado es solo un estudio preliminar de lo que las futuras investigaciones presentaran, especialmente cuando se haya perfeccionado el equipo científico que comprobara que las aplicaciones de este trabajo son practicas y de largos alcances. Muchas de las afirmaciones de Harvey con respecto a la circulación de la sangre fueron probadas después de la invención del microscopio, pues entonces se pudo seguir la trayectoria precisa.
El perfeccionamiento de este instrumento permitió a Malpighi en 1660 y a Leeuwenhoek en 1688 ver los vasos con apariencia de cabellos entre las venas y las arterias, que por esta cualidad se llaman vasos capilares. Cualquier estudiante que disponga de un microscopio moderno podrá ver esta circulación en la membrana interdigital de la pata de una rana.
Galileo llego a ver aproximadamente 3,000 estrellas; nosotros podemos ver 3.000,000, y existe la posibilidad de ver un numero mayor. Se necesita algo mas que un Galileo para llegar a verlas; se necesita un Galileo con un telescopio.
Muchos médicos que examinan el iris nunca se fijan en como se encuentra realmente construido. Yo creo que con cámaras poderosas y un equipo de luz perfeccionado se podría comprobar lo que yo he tratado de demostrar en este volumen. Creo que las leyes que gobiernan la sintomatología refleja serán descubiertas, así como el equipo de diagnostico se ha perfeccionado. Me encuentro convencido de que con el equipo adecuado estaremos en posibilidades de determinar bloqueos nerviosos, irritaciones, efectos sedantes y estimulantes, etc., que originan síntomas de remotas partes del cuerpo.
Las leyes de la naturaleza se encuentran siempre en acción, aunque el hombre sea o no consciente de ello. El iris no comenzó a existir cuando Von Peczely y Liljequist descubrieron su importancia para el diagnostico. Goethe comento una vez a un amigo: «La naturaleza no sabe de frivolidades; siempre es sincera, seria y austera; siempre esta en lo correcto, y los errores y faltas son invariablemente nuestros».
No es la universidad a que asistió una persona, ni el titulo que ostenta lo importante; es su discernimiento y la capacidad que tenga para interpretar correctamente las leyes naturales que operan, lo que le convierte en un valioso instrumento de expresión, en nuestro mundo, de las leyes naturales, capaz de crear útiles «invenciones». A través de los métodos científicos hacemos uso de las leyes de la naturaleza según fueron expuestas por esos observadores. Muchos hombres han estudiado la actividad de la electricidad, pero fue necesario que George Simon Ohm en cuyo honor se denomino la unidad de resistencia eléctrica demostrara la ley que determina la intensidad de una corriente eléctrica pasando a través de un cable.
Recuerden las múltiples dudas que asaltaron a los hermanos Wright al intentar volar en una maquina mas pesada que el aire en 1908. El perfeccionamiento científico ha desarrollado el increíble aeroplano, que tenemos ahora. Marconi, el inventor de un sistema telegráfico inalámbrico, no solo fue victima de dudas, sino que se le acuso de estar loco cuando declaro que podían transmitirse mensajes por aire. Después que esto ya había sido llevado a cabo, los que dudaban dijeron de buen grado: «Sabíamos que usted podía hacerlo».
Esta presentación de la Iridología podrá ser nueva para algunos lectores, por algunos no será bien comprendida y, por ello, hecha a un lado. Aquellos que solamente le den unos momentos de atención, no podrán ver el beneficio que encierra. Este es el tipo de individuos que pregunta también: «¿Y para que sirve el telégrafo sin hilos?» Nosotros sabemos, por supuesto, la respuesta, aunque la prodigiosa creación de Marconi nunca hubiera progresado mas allá de la etapa en que salvo la vida de 900 pasajeros que estaban amontonados en los botes salvavidas durante el naufragio del Titanic. Esas 900 personas salvaron su vida gracias a Marconi el loco que invento el fantástico telégrafo sin hilos, pues fue así como los barcos de rescate fueron informados del desastre.
Mis estudios en Iridología, dice el Dr. Jensen, han sido desarrollados y registrados con el único propósito de extender el conocimiento y ayudar al hombre a encontrar una mejor manera de vivir. No tenemos un inventario completo del universo, pero a medida que el desarrollo científico se aplica a cada descubrimiento traído del orbe invisible al visible por medios humanos, vemos revelarse ante nosotros, mundos dentro de otros mundos que se hallan mas allá del orbe de nuestra imaginación. Cuando penetramos en las profundidades de cualquier cosa, descubrimos mundos que hasta entonces nos habían sido desconocidos. La verdad que se encuentra registrada en el iris existe, nos demos cuenta de ello o no. Ya sea que lo que comprobemos sean las profundidades del iris, o cualquier otra cosa, cuando su naturaleza interna se nos revela, se nos presenta la ocasión de exclamar con reverencia: «Maravillosas son Tus obras».
Fuente: Dr. Bernard Jensen – Ciencia y Practica de la Iridología.
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