Garantía de calidad: Sello Islámico HALAL

Este sello significa una garantía para poder saber qué productos del sector agroalimentario o farmacéutico están elaborados de acuerdo con los preceptos de la Ley Islámica contenida en el Corán.

La implantación de este sello es de gran importancia, no sólo para los musulmanes, sino para un sector creciente de la población mundial que busca calidad en su alimentación. Actualmente no existe ningún sello de calidad que distinga a los alimentos.

El que un producto lleve el distintivo Halal, garantizado por la Comisión Islámica, significa mucho más que la mera garantía de que no contiene carne de cerdo o cualquiera de sus derivados; en realidad significará que se trata de un producto sano. Una de las preocupaciones básicas de la Comisión Halal es extremar el cuidado para evitar que los alimentos que lleven el sello contengan cualquier tipo de aditivo que pueda ser perjudicial para la salud.

Halal es un término árabe que significa lo “permitido”, o “lícito” y que se contrapone a haram, que designa lo “prohibido”. En agosto de 2003, el Instituto Halal, una entidad religiosa sin ánimo de lucro creada por la Junta Islámica, registró una marca de garantía con este mismo nombre. “Es un proyecto que nació para dar servicio a los musulmanes. Nos dedicamos a regular, controlar y certificar los alimentos, productos y servicios que siguen los preceptos del Islam”, afirma la directora de esta institución en españa, Isabel Romero.

La palabra árabe ‘halal’ significa “permitido, autorizado o saludable”. Cuando este término se aplica a alimentos o bebidas, implica que éstos son aptos para ser consumidos por musulmanes y por ende, el mundo entero.

A pesar de que el principal público de productos halal es musulmán, cada vez es mayor el número de personas de otras culturas que optan por este tipo de alimentos. Un estudio elaborado por El Corte Inglés del barrio de La Vaguada en Madrid, indica que el 30% de las personas que compra habitualmente sus productos halal no son musulmanes. Esta elección no se debe sólo a razones religiosas o culturales, sino también a un estilo de vida saludable.